Hoy en día, es más fácil que nunca diagnosticar los trastornos del desarrollo. Algunos, como el Síndrome de Down pueden ser detectados durante el embarazo. Otros (como el autismo o los trastornos del lenguaje) que solían ser comúnmente diagnosticados durante los años de preescolar, pueden ser identificados en la infancia.
Poder evaluar los trastornos del desarrollo más temprano, significa una intervención más temprana y cada vez es más evidente que la intervención temprana es la clave para maximizar el potencial de un niño.
“Entre más crezca el niño y más tiempo pase sin una intervención, más grandes y difíciles de cerrar serán las brechas en el desarrollo”, dice la patóloga pediátrica del habla y el lenguaje Mandy Álvarez. “Los primeros 3 años son un momento crítico que puede cambiar el curso de la vida de un niño.”
¿Por qué los primeros tres años son un momento tan crítico?
Desde el nacimiento hasta los 3 años, el cerebro de un niño crece hasta el 85% de su tamaño adulto. Durante esta ventana de tres años, es cuando el cerebro es más sensible a la información del entorno a lo largo de toda la vida. Las interacciones que un pequeño tiene con las personas y el mundo que lo rodea literalmente configuran su cerebro, razón por la cual las intervenciones para los trastornos del desarrollo que comienzan antes de los 3 años son tan poderosas. La intervención a cualquier edad es importante, pero después de los 3 años se torna más difícil hacer cambios tan duraderos tan rápidamente como antes.
¿Qué es la intervención temprana?
La intervención temprana es proporcionarle apoyo a un niño con retrasos en el desarrollo antes de la edad de 3 años. Este apoyo son los servicios prestados por diversos profesionales, los cuales incluyen, pero no se limitan a:
- Patólogo del habla y el lenguaje
- Terapeuta ocupacional
- Fisioterapeuta
- Psicólogo Pediátrico del desarrollo
- Neurólogo Pediátrico
- Médico
A menudo, un plan de intervención temprana incluirá a un equipo de profesionales. Por ejemplo, para un niño con síndrome de Down, un patólogo del habla y del lenguaje se ocupará del habla y el lenguaje, un terapeuta ocupacional ayudará con el aprendizaje de llevar a cabo actividades diarias, un fisioterapeuta trabajará las habilidades motoras y un médico tratará los problemas de corazón y respiratorios. Lo más importante para recordar acá es la palabra “equipo”. Todas las áreas del desarrollo se superponen de ciertas maneras así que el progreso de tu niño se maximiza cuando los profesionales que están trabajando con él, se comunican entre sí las preocupaciones, los objetivos y el progreso.
¿Cómo pueden los padres solicitar servicios de intervención temprana?
La Academia Americana de Pediatría recomienda pruebas de detección estandarizadas de desarrollo general a las edades de 9, 18 y 24 o 30 meses, y pruebas de detección de autismo estandarizadas a los 18 y 24 meses. Pregunta a tu pediatra sobre estas pruebas.
Si tu pediatra no te remite para una evaluación de desarrollo y aún sientes preocupación, busca ayuda por tu cuenta. En USA, cada estado tiene un programa de intervención temprana financiada por el gobierno. Aquí puedes encontrar una lista de los programas de intervención temprana por estado.
También puedes buscar servicios por tu cuenta contactando a un especialista pediátrico como un patólogo del habla y el lenguaje, un psicólogo del desarrollo o un neurólogo.
¿Pueden los padres esperar y ver si los niños se ponen al día por su cuenta?
Si tu niño se está quedando atrás en los logros, es posible que recibas el consejo bien intencionado de “esperar y ver” o que “lo superará con el tiempo.” Si bien este es el caso de algunos niños, es importante actuar con base en la preocupación. Si existe un problema subyacente, es mejor identificarlo y abordarlo durante la ventana de los tres años mencionados anteriormente.
Una nota sobre el apoyo a los padres
Si a tu niño le diagnostican un trastorno del desarrollo, es posible que te sientas abrumado. Pídele a tu equipo de intervención temprana que te refiera a un grupo de apoyo para padres. Las investigaciones muestran que los grupos de apoyo son muy valiosos para ayudar a las personas que están enfrentando un reto común, para sentir apoyo, ser positivos, sentirse esperanzados y tener conocimiento de los retos que están enfrentando.